martes, 7 de enero de 2014

PRIMERAS VECES

Posted on January 4, 2014 at 8:56 am by 


Sabía que con 19 años era demasiado joven para mi primera mamografía. Pero mis pechos habían tomado tales dimensiones durante los últimos meses que decidí hacérmelos ver para despejar cualquier duda. Hacía todavía cierto calor a pesar de estar terminando el verano así que fui a la consulta vistiendo una mini y una ligera blusa celeste. El médico de turno era un residente con apenas unos años más que yo. Llevaba barba de pocos días y lo que llamó mi atención, además de su buen aspecto, era que sus hombros lucían tan fuertes que parecían tallados en madera.
Me senté sobre la camilla (estaba nerviosa) y me quité blusa y sujetador. La brisa cálida del ventilador sopló mis pechos sostenidamente. Podría jurar haber visto la sangre del residente fluir violentamente cuando se volvió y vio mis tetas por primera vez. Las marcas de sol del bikini marcaban el terreno virgen, y mis pezones tersos y acuarelados concentraban el sabor de mi misterio. Caramelo de mujer.
Con forzada templanza, el residente comenzó a auscultar y tantear mi busto, rozándome con sus manos desnudas mis tetas desnudas, circulando mis redondos pezones, frotando mis aureolas. Lo hizo tan delicadamente y con tanta firmeza que para mi sorpresa logró excitarme completamente!
Sin poder controlarlo vi mis pezones endurecerse ante su rostro lleno de regocijo. La sabandija lo estaba haciendo a propósito. Yo lo disfrutaba enormemente, pero él lo disfrutaba aún más, interminablemente.
De pronto, pude notar que a través de su fino pantalón de lino se asomaba una enorme erección, y no pude evitar saltar de la camilla de la sorpresa. Ambos nos asustamos y él, visiblemente nervioso, dio por finalizada la consulta. –Está todo en orden- diagnosticó. Y mientras salía del consultorio pude ver la huella húmeda, informe y precursora, que había dejado sobre camilla de cuerina verde.

W. G. RIVERS

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